When parishes announced they were no longer having public Masses or church events due to the COVID-19 pandemic, this brought typical religious education classes, youth retreats and preparation programs for first Communion and confirmation across the country to a stop or at least sent them in a slightly different direction. Parishes, unlike many schools, were unable to put in place online programs for distance learning. In many cases, parishes had to furlough their directors of religious education while not continuing business as usual. The teachers of religious education classes are almost all volunteers, facing their own challenges in the current pandemic. But at diocesan, and sometimes parish levels, church leaders have been working hard to come up with creative ways to stay connected with these young people and their families and to give them resources to help the students continue to grow in faith during this time of isolation.
Cuando las parroquias anunciaron que ya no habría misas públicas o eventos eclesiásticos debido a la pandemia COVID-19, esto llevó a las clases típicas de educación religiosa, retiros juveniles y programas de preparación para la primera comunión y confirmación en todo el país a una parada o al menos los envió en una dirección ligeramente diferente. Las parroquias, a diferencia de muchas escuelas, no podían poner en marcha programas en línea para el aprendizaje a distancia. En muchos casos, las parroquias tuvieron que descansar a sus directores de educación religiosa sin continuar con los negocios como de costumbre. Los profesores de las clases de educación religiosa son casi todos voluntarios, que se enfrentan a sus propios desafíos en la actual pandemia. Pero a nivel diocesano, y a veces parroquial, los líderes de la iglesia han estado trabajando duro para encontrar formas creativas de mantenerse conectados con estos jóvenes y sus familias y para darles recursos para ayudar a los estudiantes a seguir creciendo en la fe durante este tiempo de aislamiento.